Marzo, 2014. JM
En la cuadra 14
de la avenida Arnaldo Márquez quedaban hasta el año pasado dos verdaderas
reliquias de la arquitectura de Jesús María. Una fue destruida sin miramiento
alguno y la segunda se mantiene, la Iglesia Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
La historia nos
remite hacia los inicios del siglo, cuando la casa hacienda Jesús María era una
impresionante casona que dominaba los campos agrícolas de nuestro distrito. Su
construcción de madera resistía incólume el paso de los años, las cosechas, la
ola urbanizadora y los terremotos, hasta el año pasado. (JcPm)
Lamentablemente,
cayó en el olvido de propios y extraños. Hoy solo podemos lamentarnos de su
destrucción y el paso de la “modernidad”. Una playa de estacionamiento y un
restaurante de comida rápida parecen ser los nuevos ocupantes del terreno,
pero, esa es otra historia.
Volvamos a lo
nuestro. La casa hacienda tenía una pequeña capilla que poco a poco se fue
ampliando y, ante el aumento de la población en la llamada “urbanización Jesús
María”, el Arzobispado de Lima decide elevarlo a Iglesia y Parroquia denominada
“Nuestra Señora del Sagrado Corazón”. La documentación de la parroquia se
inicia en el año 1943, nos confirmó el padre Grover Cáceres. (JcPm)
Sin embargo,
según refiere Margarita Cubillas, en “Lima Monumental”, nos señala que por 1935
se constituye la comisión Pro templo de Jesús María ante la ausencia del mismo,
que fue construido en los terrenos de la familia Aguirre-Conroy Raygada.
De dimensiones
pequeñas, con un altar de madera y la imagen del Santísimo colocada en la
entrada para su oración, la Iglesia fue la primera del distrito, ya que algunos
años más tarde recién se estaría construyendo el templo de San José.
Precisamente en
el altar se encontraría la imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
comprada en París y obsequiada por don Enrique Urbina y su esposa doña Yolanda
V. Valle.
La imagen del
padre español Monseñor Alejandro Zarzosa Espinoza, fundador de la parroquia, fue
primordial en los primeros años, dándole la vida que requería para los vecinos
y sus familias, tanto, que hasta hace poco más de una década aún funcionaba incluso
la casa parroquial – hoy demolida- y había cierta continuidad de misas.
Sin embargo, ya
había sufrido un primer cierra por una temporada, en los años 70, siendo
trasladados sus libros donde se registran bautismos y matrimonios a la
parroquia San Antonio de Padua. Felizmente, en esos años “Nuestra Señora…”
volvió a la vida. (JcPm)
Los vecinos
recordarán que a mediados del 2012, el templo cerró por “remodelación” debido
al desgaste de su techo de calamina y sus maderos. Ni el Arzobispado ni el
Municipio de JM decían esta boca es mía. Y poco a poco, se fue el olvido.
Pero eso no era
un problema reciente. El párroco de San José, padre Grover Cáceres, nos señaló
que desde hace algunos años ya había perdido a sus feligreses, los que habían
sido absorbidos por la parroquia de San José, mucho más grande. Dos iglesias en
una zona tan cercana, evidentemente, perjudicaban la actividad de la más
pequeña.
Ante esta
problemática, el Arzobispado, dueño de los terrenos de la Iglesia y la
parroquia, toma la decisión de cerrarla y convertirla en Oratorio, donde se
hará la adoración del Santísimo, pero no se podrán dar los sacramentos. (JcPm)
La decisión fue
tan rápida que incluso en la página web del Arzobispado de Lima
(http://www.arzobispadodelima.org/index.php?option=com_content&view=article&id=590:jesus-maria&Itemid=247)
ya no la consideran como Iglesia ni Parroquia.
Hoy, la suerte
del Oratorio “Nuestra Señora del Sagrado Corazón” dependerá del nuevo párroco
(asumirá la segunda semana de marzo) y su equipo pastoral. Eso si, no se volverá a cerrar ni menos derribar. Está en proceso de remodelación.
El altar mayor,
que data de los años 40, está en reparación, al igual que las demás figuras
religiosas que tenía. (JcPm)
Muy valioso
ResponderEliminarPrevencionraul@yahoo.es